El mandatario de Corea del Sur, Lee Jae Myung, expresó su preocupación este jueves tras la operación realizada por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en una instalación de Hyundai Motor en Georgia, Estados Unidos. Lee sugirió que este evento podría generar incertidumbre entre las empresas surcoreanas respecto a la inversión directa en el país norteamericano.
La operación resultó en la detención de 475 personas, incluyendo aproximadamente 300 ciudadanos surcoreanos, lo que, según Lee, podría desalentar a las compañías surcoreanas debido al temor de un trato desfavorable en Estados Unidos. El presidente surcoreano destacó que abrir una fábrica en EE.UU. y enfrentar problemas posteriores podría ser complicado y poco ventajoso.
Lee también comentó que 316 trabajadores surcoreanos fueron liberados y regresarán a Corea del Sur el mismo jueves tras haber sido detenidos durante una semana. La repatriación se postergó inicialmente debido a que EE.UU. quería trasladarlos esposados, lo que llevó a una protesta por parte de Seúl. Tras la intervención del presidente Donald Trump, quien ordenó: «Dejen que retornen libremente, pero aquellos que no quieran irse no tendrán que hacerlo», se modificaron los procedimientos administrativos.
Además, Lee confirmó diálogos con Washington para mejorar las regulaciones de visados y aseguró haber obtenido garantías de que los trabajadores podrán regresar sin inconvenientes en el futuro. El ministro de Exteriores surcoreano, Cho Hyun, también confirmó que se han recibido aseguranzas de EE.UU. respecto a los trabajadores, según informó la agencia Yonhap.
La redada es parte de una investigación criminal en curso sobre acusaciones de prácticas ilegales de empleo y otros delitos federales graves. Hyundai, por su parte, aclaró que los detenidos no eran empleados que trabajaran «directamente» para ellos y reafirmó su compromiso con el cumplimiento de la ley en todos los mercados donde opera.













