Tras apenas un día de permitir el paso por el cruce de Poipet, las autoridades tailandesas han decretado nuevamente su cierre. Este punto, ubicado en la frontera con Camboya, había sido reabierto brevemente en medio de una disputa entre ambos países, quienes a comienzos de agosto acordaron un estricto alto el fuego luego de varios días de enfrentamientos armados.
Originalmente, se había establecido que el paso fronterizo estaría operativo de miércoles a domingo, de 13.00 a 16.00 horas locales, comenzando el 31 de agosto, según lo comunicado por las autoridades migratorias de la provincia de Sa Kaeo.
Después de un solo día de apertura, el cruce fue cerrado nuevamente, incrementando las especulaciones sobre las razones de esta breve apertura. A pesar de ello, desde Bangkok se ha enfatizado que la medida tenía fines humanitarios para permitir el retorno de ciudadanos tailandeses y camboyanos a sus países.
El gobierno de Tailandia ha confirmado que el domingo marcó el cierre de la frontera, por ahora. Todos los cruces de Sa Kaeo se encuentran cerrados, según indicaron las autoridades tras revertir su decisión previa.
La reapertura había enfrentado críticas de algunos locales, quienes cuestionaban la decisión y dudaban de la conformidad de las agencias de seguridad tailandesas, dado que las tensiones en la región persisten.
Este paso fronterizo es clave para el comercio entre ambos países asiáticos y es una ruta vital para el transporte de mercancías hacia Nom Pen, la capital de Camboya, y otros destinos dentro del país.
Las relaciones bilaterales se vieron afectadas cuando el 28 de mayo un soldado camboyano fue asesinado por fuerzas tailandesas cerca del templo hindú de Preah Vihear, ubicado en una zona controvertida. Sin embargo, hace un mes, ambos países lograron acordar una tregua que concluyó varios días de conflicto armado que resultó en múltiples víctimas.
Comentarios 1
El intento de Tailandia por dominar el relato se da de bruces una y otra vez con sus propios actos.
El origen de todo son sus problemas políticos internos y como los militares buscan la manera de ampliar su poder utilizando al «enemigo camboyano» como instrumento.
Raro sería que en menos de un año no vuelva a haber otro golpe de estado en Tailandia.