El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha expresado su desacuerdo con la declaración de la Real Casa de Correos como Lugar de Memoria Democrática, calificándola de «una operación de carácter netamente político, que no tiene sentido desde el punto de vista histórico». Almeida ha apuntado directamente al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, rechazando lecciones de quienes «reivindican la memoria de Largo Caballero» al tildarlo de «golpista».
Desde la Casa de Campo, el regidor madrileño ha remarcado que la Real Academia de la Historia reconoce al edificio una trayectoria «mucho más rica, fecunda y significada» que su mero rol como Dirección General de Seguridad durante la dictadura. Según Almeida, limitar su valor histórico a esta faceta es «ignorar y desconocer» su historia más amplia y su importancia actual como sede del Gobierno regional.
«Poner el acento en aquello que une» es la postura de Almeida, quien considera que la declaración como lugar de memoria fomenta el enfrentamiento en lugar de la reconciliación. El alcalde ve esta acción como «una operación política por parte del Gobierno de España», y sostiene que la sede debería ser un símbolo de reconciliación.
En cuanto a la posibilidad de instalar una placa que conmemore a las víctimas de la Dirección General de Seguridad, Martínez-Almeida reitera su rechazo a recibir lecciones de quienes defienden a Largo Caballero, indicando que «fue un golpista y un antidemócrata» y que su figura no representa valores democráticos. El alcalde invita al PSOE a «aprender la lección de reconciliación de la Transición y no tratar de reventarla ni el modelo constitucional de convivencia actual».