La ‘exnúmero tres’ de Podemos, Lilith Verstrynge, ha explicado por primera vez las razones por las que dimitió de sus cargos en enero de 2024, evidenciando que se debió a un paulatino desencanto con la evolución del partido. De esta forma, asegura que a partir de 2020 se comenzó a entrar en una «creciente paranoia interna» mientras el debate orgánico era escaso y percibía que habían «empezado a hablar de fantasmas» en lugar de la gente.
Así lo expone en un artículo publicado en la revista ‘Equator’, recogido por Europa Press, en el que relata en primera persona su trayectoria en Podemos desde que comenzó como asesora en Bruselas hasta ocupar importantes cargos, como secretaria de Estado para la Agenda 2030 y la Secretaría de Organización de Podemos, hasta su determinación de dejar su escaño en el Congreso y toda responsabilidad orgánica en el partido.
En su momento Verstrynge emitió un su día un breve mensaje en redes sociales en el que informaba de que dejaba la política y simplemente detallaba que las despedidas eran «difíciles y tristes», mientras que los principales cargos de Podemos le emplazaron a cuidarse y se pusiera bien, sin especificar si atravesaba algún problema de salud.
Posteriormente su padre, el politólogo Jorge Verstrynge, aseguró que su marcha de Podemos se debía a razones de índole político y que se había dado cuenta de que «aquello no iba a ningún sitio».
Ahora, la propia exdirigente ‘morada’ detalla que su dimisión se debió a una reflexión que tenía que ver con su falta de ilusión ante la evolución de Podemos, sosteniendo que habían dejado de hablar a la gente y en vez de demostrar a los votantes del partido que podían hacer política, se optó por «amenazar con votar en contra» de «todo lo que propusiera el Gobierno» presidido por Pedro Sánchez.
«E incluso eso podría haber funcionado si hubiéramos explicado a los votantes que estábamos obstruyendo deliberadamente con un plan, pero no lo hicimos», razona en su escrito para remarcar que no tiene planes de volver a la política activa.
«LA BÚSQUEDA DE ENEMIGOS INTERNOS» OBLIGABA A LA «LEALTAD CIEGA»
En su lugar, proclama que tras los golpes electorales y padecer casos de ‘lawfare’, habían «empezado a hablar de fantasmas». Por ejemplo, alude a que la «amenazante presencia del fascismo y la búsqueda de enemigos internos convirtieron la política en un ejercicio de lealtad ciega». «La teoría de la conspiración estaba generalizada», sentencia.
También expone el convulso periodo de fricciones entre Podemos, que había perdido empuje electoral, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a cuenta de la creación de Sumar, con una «imagen renovada a los votantes, sin el considerable lastre» que suponía la formación morada.
PODEMOS SE DESMORONABA Y «TEMÍA AL MUNDO»
Así, desgrana que en julio de 2022 se incorporó al Ministerio de Derechos Sociales como secretaria de Estado, pero «Podemos comenzaba a desmoronarse» y rememora declaraciones de la actual líder, Ione Belarra, y la exministra de Igualdad Irene Montero denunciando que les habían intentado destruir. Bajo su criterio, Podemos se había convertido en un partido que «temía al mundo».
Verstrynge reconoce y reivindica los logros políticos de Podemos, sobre todo en su etapa en el Gobierno, pero cree que la postura del partido y su forma de salir del Ejecutivo «eclipsó» esas conquistas.
Así, expone que en los últimos meses perdió la ilusión por estar en la política y que había llegado a sentir una «orfandad política anticipada».
De su salida, expone que pensó «ingenuamente» que su silencio sobre los choques internos, conflictos y el alejarse de los principios fundacionales les protegía, pero a casi dos años de su marcha ve posible ahora reflexionar sobre su etapa en Podemos para dejar constancia de lo que pasó a «futuros movimientos políticos emergentes».
Por ejemplo, diagnostica que Podemos se levantó como un «partido online», que sonaba novedoso pero que adquirió también «muchos vicios antiguos» y no innovó en la materia organizativa de forma significativa.
«Podemos transformó el bipartidismo español, eso es innegable. Pero la política real consiste en crear algo lo suficientemente duradero como para perdurar más allá de un momento de rebelión», agrega.
IGLESIAS TENÍA «CONSTANTE PRESENCIA» EN MEDIOS
Aparte, subraya que la fuerza inicial de Podemos radicaba en movilizar a cientos de miles de personas, sacándola de la «apatía» política, pero que a partir de la década de 2020 su principal experiencia Podemos fue la de «un debate político cada vez más escaso y una creciente paranoia interna».
Luego, desgrana que el ex secretario general de Podemos Pablo Iglesias dimitió de sus cargos en 2021, esperaba que Díaz asumiera el liderazgo de Unidas Podemos pero al final tenía otros planes con Sumar y había riesgo de que el partido morado fuera irrelevante.
Bajo su visión, esa amenaza «galvanizó» a Iglesias de quien dice que a pesar de su dimisión «nominal» como líder de Podemos, en realidad tenía una presencia constante en medio y hacía comentarios políticos que, a menudo, «anticipaba posturas oficiales del partido», por no «hablar de su «omnipresencia en los chats grupales».
Además, afirma que poco después de que asumiera la secretaria de Organización, un miembro del partido le sugirió que «disolvieran» todas las delegaciones territoriales y que Podemos pasara a convertirse en un partido «con tan solo diez líderes nacionales». «Esto era totalmente inviable y me costaba creer que alguien con tanta influencia en Podemos lo propusiera», zanja.
















