En la Universidad de Missouri, Estados Unidos, un avance científico reciente podría facilitar tanto la detección temprana como el tratamiento del glaucoma, una causa principal de pérdida de visión irreversible en personas de edad avanzada.
Los enfoques terapéuticos actuales para el glaucoma se enfocan principalmente en disminuir la presión dentro del ojo, aunque hasta ahora no han conseguido proteger adecuadamente las células ganglionares de la retina (CGR) de los daños ocasionados por esta enfermedad.
El profesor adjunto Pawan Singh, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri, ha liderado un estudio que revela que los niveles de agmatina y tiamina son significativamente menores en el fluido ocular de los pacientes con glaucoma comparado con individuos sin esta condición, lo que sugiere que estas moléculas podrían ser biomarcadores prometedores para una detección precoz de la enfermedad.
«En muchos casos, las personas no descubren que tienen glaucoma hasta que son mayores y su presión ocular es elevada», explica Singh. Su aspiración «a largo plazo» es que los médicos podrían utilizar un simple análisis de sangre para identificar estos biomarcadores y así diagnosticar el glaucoma «mucho antes», antes de que ocurra la pérdida de la visión, permitiendo un tratamiento más oportuno.
Además, tanto la agmatina como la tiamina podrían ser beneficiosas en el tratamiento del glaucoma. Singh encontró que estas moléculas poseen propiedades neuroprotectoras y podrían contribuir a salvaguardar las CGR del deterioro y la pérdida de función visual. Estas características hacen que estas moléculas sean candidatas potenciales para futuras terapias neuroprotectoras del glaucoma, posiblemente en forma de gotas oculares o suplementos.