Este jueves, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha hecho un llamado para reforzar los sistemas de monitoreo y prevención contra eventos climáticos severos, incluyendo fenómenos recientes como la ola de calor en España, las inundaciones en Texas, los incendios forestales de sexta categoría como el ocurrido en Lleida o la dana que impactó en la Comunidad Valenciana en octubre pasado.
Adicionalmente, la SEE ha enfatizado la necesidad de proteger ‘especialmente’ a grupos vulnerables como los ancianos, menores, personas sin hogar o en riesgo habitacional, y aquellos con patologías crónicas frente a estos desafíos climáticos.
‘Los fenómenos meteorológicos extremos son actualmente una amenaza global que requiere preparación y respuesta inmediata. Estos eventos, que antes parecían lejanos o propios de regiones menos desarrolladas, afectan ya a países de renta alta’, han advertido desde la SEEN.
La SEE también detalló que las inundaciones pueden contaminar el agua potable, fomentar la proliferación de insectos y rodentos, y aumentar la exposición a sustancias tóxicas. En estas situaciones, es crucial asegurar el abastecimiento ‘seguro’ de agua, medicamentos y alimentos, considerar el estado vacunal, sostener la vigilancia sanitaria y fortalecer la asistencia psicológica, puesto que la interrupción de servicios esenciales puede propiciar brotes de enfermedades gastrointestinales o respiratorias, así como problemas de salud mental.
Por otro lado, las olas de calor extremas elevan el riesgo de deshidratación y complicaciones en individuos con enfermedades crónicas. Las altas temperaturas marinas que afectan a la mayoría de las costas españolas también son un ‘aviso’ de posibles lluvias torrenciales durante el verano y otoño próximos, por lo que han instado a las autoridades a prepararse.
Además de implementar medidas preventivas, la SEE ha sugerido diseñar planes urbanísticos ‘responsables’ que eviten la construcción en áreas geográficas propensas a fenómenos adversos, como cauces fluviales o zonas propensas a deslizamientos.
La presencia de sistemas de alerta temprana puede reducir hasta un 30 por ciento los daños causados por estos eventos, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), mientras que los sistemas de vigilancia epidemiológica son clave para contrarrestar la desinformación.
Finalmente, la SEE ha resaltado la importancia de contar con especialistas entrenados en epidemiología de campo y gestión de emergencias sanitarias, asegurando una respuesta ‘rápida y eficaz’ que proteja la salud pública y mitigue el impacto de estos fenómenos, todo desde una perspectiva intersectorial y de Salud Global.
















