En un contexto donde el lujo y la riqueza son cada vez más visibles, un estudio reciente de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, revela las claves para una vida plena y satisfecha.
La investigación, conducida por el Departamento de Marketing Otakou Whakaihu Waka y divulgada en el ‘Journal of Macromarketing’, indica que adoptar un estilo de vida sostenible y evitar el consumismo excesivo resulta en mayores niveles de felicidad y satisfacción.
El análisis se basó en datos de más de 1.000 ciudadanos neozelandeses, donde el 51 por ciento eran hombres y el 49 por ciento mujeres, con una edad promedio de 45 años y un ingreso familiar anual medio de 50.000 dólares.
Se encontró que la ‘simplicidad voluntaria’, como se denomina oficialmente, fomenta el bienestar al ofrecer más oportunidades para la interacción personal y la conexión social, a través de actividades como la agricultura comunitaria, el intercambio de recursos y las plataformas de préstamos entre pares.
Aunque las mujeres tienden más a esta práctica que los hombres, se requiere más investigación para entender las razones detrás de esta diferencia.
La profesora asociada y coautora Leah Watkins comenta que, aunque la cultura consumista asocia la felicidad con altos ingresos y la acumulación de bienes, los estudios demuestran que las actitudes materialistas no incrementan la felicidad ni el bienestar, ni contribuyen al consumo sostenible necesario para el planeta.
Desde el año 2000 al 2019, el consumo mundial de materiales creció un 66 por ciento, y esta tendencia de aumento ha despertado preocupaciones sobre su impacto en el medio ambiente, especialmente en el contexto del cambio climático y las inseguridades económicas y sanitarias post-pandemia.
El profesor Rob Aitken, coautor del estudio, aclara que abrazar la simplicidad no implica renunciar a todas las posesiones, sino que el bienestar surge de satisfacer necesidades psicológicas y emocionales a través de relaciones, conexión social, participación comunitaria y un sentido de propósito y significado en la vida.
En una era donde los eventos lujosos de multimillonarios son considerados de gran importancia y los yates privados simbolizan el estatus, la simplicidad voluntaria propone una narrativa alternativa, valorando la suficiencia sobre el exceso, la conexión sobre el consumo, y el significado sobre el materialismo.