Este martes, desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se ha hecho un llamado a reajustar los patrones de sueño después del verano, un periodo en el cual es habitual alterar los horarios habituales de descanso, con el objetivo de prevenir problemas de salud o el empeoramiento de patologías ya presentes.
“La falta de sueño no solo provoca irritabilidad y cansancio en niños y adultos, sino que puede empeorar enfermedades preexistentes o contribuir a desencadenar la aparición de otras enfermedades relacionadas con el metabolismo, como la diabetes o la obesidad”, ha afirmado el neumólogo y coordinador del Año SEPAR 2025/26 de los Trastornos Respiratorios del Sueño, el doctor Carlos Egea.
Posteriormente, el doctor Egea ha indicado que los ciudadanos españoles duermen en promedio 6,5 horas diarias, lo que supone una hora y media menos de lo recomendado, resaltando que retomar la rutina habitual puede significar una “oportunidad de oro” para mejorar esta estadística.
Además, ha explicado que un buen descanso nocturno no solo es reparador, sino que preserva las funciones cognitivas, consolida la información aprendida durante el día, mejora el rendimiento mental, influye en las hormonas de crecimiento y estrés, el sistema inmunitario, la presión arterial y la salud cardiovascular en general.
Asimismo, ha enfatizado que la falta de sueño aumenta el riesgo de sufrir obesidad, enfermedades del corazón e infecciones; y dificulta la concentración, provoca cansancio, altibajos anímicos, irritabilidad y reducción de las defensas, con riesgo de contraer infecciones.
“Durante el verano, la mayoría de los españoles cambia sus hábitos de sueño. Esto se debe, principalmente, al mayor número de horas de luz que recibimos, las cuales alteran el ciclo circadiano, nuestro reloj biológico, que contribuye a que los periodos de vigilia y descanso. Volver a la rutina es necesario para la salud”, ha añadido la organización.
TOMAR EL SOL O REPETIR HÁBITOS ANTES DE DORMIR
Para recuperar una adecuada rutina de sueño, SEPAR ha sugerido varias recomendaciones como disfrutar del sol durante media hora al día, lo cual favorece la creación de patrones de sueño sincronizados con el ciclo circadiano.
“Siempre es mejor tomar el sol en las primeras horas del día. Pasear o hacer ejercicio es la mejor forma de conseguirlo, aunque hay que evitar hacerlo a última hora del día, al atardecer”, han expresado los expertos de SEPAR.
Igualmente, han recomendado establecer y seguir los mismos rituales diarios para cenar y dormir, asegurando que al menos pase una hora tras la última comida. Entre estos rituales, es aconsejable evitar el uso de dispositivos móviles, tabletas o televisión al menos media hora antes de dormir, prefiriendo la lectura como actividad pre-sueño.
Para favorecer un ambiente propicio para el descanso, los especialistas han destacado la importancia de mantener un entorno relajante, ordenado, con una temperatura adecuada, silencioso y con luz suave, incluso se puede complementar con música tranquila o sonidos de la naturaleza.
En cuanto a la cena, es preferible que sea “ligera”, ya que las comidas pesadas y ricas en carbohidratos pueden generar pesadez y dificultar el dormir; además, algunas infusiones relajantes como la valeriana pueden ser “contraproducentes” y provocar un efecto diurético que interrumpa el sueño.
A pesar de que el alcohol puede parecer relajante, en realidad lleva a un sueño más superficial, y algunos estudios incluso han asociado su consumo con trastornos respiratorios del sueño, desde ronquidos hasta apnea obstructiva del sueño, por lo que es mejor evitarlo.
Tomar una ducha tibia antes de dormir también puede ser beneficioso para conciliar el sueño, ya que el cambio en la temperatura corporal facilita la relajación, al igual que el ejercicio, aunque es recomendable esperar al menos una hora entre este y la hora de acostarse.
Prácticas como la meditación y otras actividades similares ayudan también a relajar la mente y favorecer el sueño. Es crucial mantener las preocupaciones “a raya”, especialmente cuando no se puede dormir o se despierta durante la noche.
“Lo mejor es abandonar la cama tras 20 minutos de no poder dormir, para no generar más ansiedad, y tratar de relajarse con lecturas o música. Hay que evitar el uso de pantallas”, han concluido los expertos de SEPAR.