Al comenzar el año escolar, especialmente en septiembre y octubre, se registra un incremento de hasta un 25% en las consultas de psicología y psiquiatría para niños, de acuerdo con profesionales del grupo Top Doctors.
Los especialistas indican que la etapa de adaptación al regreso a clases generalmente dura entre 2 y 4 semanas, variando según el niño y su entorno. Sugieren convertir este momento en una experiencia positiva y motivadora para los niños, normalizando sus emociones y discutiendo el tema con naturalidad y entusiasmo.
«El mejor truco es reestablecer rutinas de sueño, comidas y reducción del uso de pantallas de forma progresiva antes del inicio del curso académico. El objetivo para los padres es que acompañen emocionalmente, sin ocultar o evitar el malestar existente, sino dando herramientas al menor para afrontarlo», explica Èlia Sasot Ibáñez, especialista en Psicología Infantil y Juvenil, y miembro de Top Doctors Group.
Si después de 4 semanas el niño presenta síntomas como dolor de barriga o cabeza sin causa médica, irritabilidad, llanto fácil, actitud desafiante, cambios en el sueño o el apetito, aislamiento o pérdida de interés en jugar o socializar, entonces Ibáñez sugiere consultar a un especialista.
Las razones de estas consultas durante este tiempo incluyen ansiedad, miedos, tristeza persistente, irritabilidad, problemas de conducta, dificultades de aprendizaje y problemas de atención y concentración.
«En los últimos años, especialmente desde la pandemia, hemos observado un aumento significativo en la demanda de atención psicológica infantil y juvenil. Actualmente hay una mayor conciencia en las familias, que consultan antes y con menos estigma», añade Ibáñez.
La experta señala que los casos más comunes son «menores con sintomatología ansiosa y depresiva» y explica que «el uso excesivo de pantallas en niños muy pequeños ha impactado negativamente en el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales, en algunos casos». Además, en preadolescentes y adolescentes, «preocupa especialmente el mal uso o inadecuado de redes sociales, que puede afectar la autoestima y el estado de ánimo».