Un colectivo de expertos internacionales liderado por la Universidad de Liverpool y el Imperial College de Londres ha indicado que es crucial modernizar la atención a los afectados por la hepatitis B. El estudio, respaldado por la OMS y divulgado en ‘The Lancet Gastroenterology & Hepatology’, señala que los modelos actuales no consiguen retener a los pacientes de manera continua, poniendo en riesgo el objetivo de la OMS de erradicar la enfermedad para 2030.
Los hallazgos revelan ‘pérdidas críticas’ en cada fase del tratamiento del padecimiento. ‘Esta es la primera revisión global que analiza nuestro progreso en el proceso de atención de la hepatitis B. Sin cambios urgentes, millones de personas perderán el acceso a tratamientos vitales. Muchos pacientes no están siendo evaluados completamente ni se les inicia el tratamiento con antivirales cuando podrían beneficiarse, y a muchos se les pierde el seguimiento con el tiempo’, declaró Alexander Stockdale, autor principal y miembro de la Universidad de Liverpool.
Además, destacó la necesidad de fortalecer la Atención Primaria en países de ingresos bajos y medios para reducir las muertes por hepatitis B, estimadas en 1,1 millones en 2022. A pesar de que la atención especializada ha mostrado mejores resultados, subsisten ‘importantes deficiencias’, ya que menos del 75 por ciento de los pacientes han sido evaluados para determinar su elegibilidad para el tratamiento y, de estos, solo el 78 por ciento inició la terapia.
La investigación también encontró que la retención de pacientes cae significativamente entre quienes no reciben tratamiento, siendo los modelos de atención en Atención Primaria, cogestionada y de derivación pasiva los que mostraron peores desempeños. Por otro lado, la detección comunitaria vinculada a atención especializada logró altas tasas de inicio de tratamiento en pacientes elegibles.
‘Las directrices de la OMS de 2024 supusieron un gran avance, ampliando la elegibilidad para el tratamiento a casi la mitad de las personas con hepatitis B crónica. Sin embargo, simplificar los criterios por sí solo no es suficiente. Demasiadas personas aún carecen de acceso a los servicios, e incluso donde existen clínicas, los pacientes a menudo quedan excluidos’, explicó Philippa Easterbrook, autora principal del Imperial College London. Resaltó la importancia de adoptar modelos ‘simples y descentralizados’ que integren la hepatitis B en la atención primaria o en servicios existentes de VIH y otras enfermedades crónicas.
‘La respuesta al VIH ha demostrado que una atención optimizada puede lograr más del 90 por ciento de diagnóstico, inicio del tratamiento y retención. Es hora de aplicar estas lecciones a la hepatitis B’, añadió. La investigadora también subrayó la necesidad de un enfoque integrado, especialmente tras recortes de financiación de Estados Unidos a programas de salud en países de ingresos bajos y medios. Entre las medidas sugeridas para mejorar la situación se incluyen eliminar las barreras financieras, acelerar el acceso y mejorar la participación a largo plazo mediante estrategias similares a las usadas en programas de atención del VIH.
En colaboración con investigadores de Gambia, India, Filipinas, Estados Unidos y Vietnam, se analizaron datos de más de 1,7 millones de personas con hepatitis B crónica en 50 países, observando descensos en el diagnóstico, el inicio del tratamiento y la retención a largo plazo, incluso en los sistemas más eficientes.














