La XV Legislatura echó a andar entre dudas sobre sí ERC y Junts, pese a no cumplir como partidos con los requisitos necesarios para lograr grupo parlamentario propio, podrían evitar acabar en el Mixto. Hace cuarenta años, sin embargo, el problema fue que había un Grupo que vio desaparecer el partido que lo sustentaba en pleno período de sesiones.
El 18 de febrero de 1983, Landelino Lavilla dimitió como presidente de la Unión de Centro Democrático (UCD). Un hecho que derivó a efectos prácticos en la liquidación del partido. La disolución de la formación que había ocupado el poder entre 1977 y 1982 tuvo otra consecuencia hasta entonces inédita: en el Congreso de los Diputados iba a haber un grupo parlamentario sin ningún partido detrás que orientase sus decisiones y ante el que responder. Doce diputados libres sin tutelas, ni tu tías, cuando apenas la II legislatura (1982-1986) acababa de empezar.
Lavilla que además había sido el candidato de UCD a la Moncloa dejó también su acta como diputado a los pocos meses y fue sustituido por el expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo que no logró escaño la noche del 28 – O en la que los socialistas consiguieron 202. En otoño de 1983 el Grupo Centrista, que a pesar de tener rostros conocidos como los del padre de la Constitución Gabriel Cisneros o el exministro Pio Cabanillas carecía de un liderazgo firme, se enfrentó a su primera gran cita parlamentaria ya sin un Comité Ejecutivo que marcase la línea a seguir: el Debate sobre el Estado de la Nación.
Ausencia de «noes sistemáticos»
El de 1983 fue el primero que se celebró por decisión del ejecutivo de Felipe González y se concibió como un debate de política general, y careciendo de previsión reglamentaria expresa, se articuló en torno a la figura de las comunicaciones del Gobierno a que se refieren los artículos 196 y 197 del Reglamento del Congreso de los Diputados. Por parte del Grupo Centrista tomó la palabra el diputado zamorano Luis Ortiz González que en su comienzo quiso manifestar «la estimación positiva que hacemos de este gesto».
A lo largo de su exposición rebatió la «valoración positiva» que a su juicio había hecho el Gobierno de la situación en la que se encontraba el país, pero tendió su mano a la más que mayoría socialista para «prestar la mayor colaboración, tanto a lo que se llama acuerdos institucionales para (…) las normas en el área de competencias coincidentes y concurrentes del Estado central y de las Comunidades Autónomas».
Ortiz González dijo además de la oposición que estaban llevando a cabo los once diputados que habían concurrido en las listas de la ya disuelta UCD, que no funcionaba «con noes «a priori», con noes sistemáticos».
Enmienda a la totalidad
A todos los proyectos de Presupuestos Generales del Estado que llevó al Congreso el gobierno socialista de González en la II Legislatura el Grupo Centrista presentó enmienda a la totalidad.
Precisamente el debate de la enmienda centrista a la totalidad de 1983 acabó convirtiéndose en una discusión sobre la entonces recién desaparecida UCD. La condición de subsecretario de presupuestos en el último Gobierno de Calvo-Sotelo del portavoz del Grupo Centrista, José Miguel Bravo de Laguna provocó que el debate fuese especialmente tenso con el ministro de Economía Miguel Boyer.
En las sucesivas réplicas, Bravo de Laguna criticó el incremento de gastos de 200.000 millones de pesetas sobre sus propias previsiones en el anterior ejercicio e insistió en la dificultad «de la realización del programa económico ofrecido al electorado el 28 de octubre» por parte del PSOE.
Boyer defendió sus cuentas y en tono irónico afirmó «que no es muy difícil e incluso divertido dejar unos Presupuestos que uno no va a aplicar. Lo complicado es hacer unos presupuestos que uno va a aplicar».
Cese de Calviño
Durante los cuatro años que duró la legislatura (1982-1986) el Grupo Centrista experimentó dos sustituciones y un traspaso al Grupo Popular. A la ya mencionada salida de Lavilla que dio paso a Calvo-Sotelo, se sumó la de Rodolfo Martín Villa que permitió la entrada en la Cámara del también leonés y exministro Manuél Núñez. Por su parte, Marcelino Oreja que había formado del gobierno de Adolfo Suárez se pasó al Grupo Popular a los pocos meses de la disolución de la UCD.
Según recoge el Archivo del Congreso, el Grupo Centrista presentó un total de 192 iniciativas:
- Función legislativa: 1
- Interpelaciones: 2
- Solicitud de comparecencia: 180
- Proposiciones no de ley: 6
- Mociones: 3
La única proposición de ley en la que el Grupo Centrista figura como autor -junto al Popular, Socialista, Vasco, Mixto y Minoría Catalana- fue para la modificación de la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, sobre protección del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
Entre las PNL destaca la que instaba al cese inmediato del Director General del Ente Público Radio Televisión Española José María Calviño Iglesias -padre de la actual vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño- «por la situación caótica en lo que afecta al estado económico del Ente y el empobrecimiento de la información parlamentaria» que se debatió en marzo de 1984.
Respecto a esto último, el portavoz del Grupo Centrista Ortiz González, concretó que todos los grupos firmantes de la oposición cuestionaban el tratamiento que se le había dado a un «debate tan importante como el de los PGE» de 1983.
El diputado previamente había iniciado su intervención manifestando el malestar que le producía de manera directa a la Presidencia de la Cámara que esta PNL «sobre un tema de urgencia se ve solo diez meses después«.
Más adelante en su argumentación, Ortiz González aseguró respecto a labor de Calviño que había «una evidente ideologización que está presente no tanto en las expresiones directas como en el contenido o en el «entrelíneas» de los mensajes que en forma de noticias o de otra manera se retransmiten al televidente».
El futuro centrista
De los doce diputados que logró inicialmente la UCD la noche del 28O, solo nueve culminaron la legislatura en el Grupo Centrista. Los ya citados Lavilla y Martín Villa abandonaron el Congreso, haciendo correr la lista de sus respectivas provincias y la salida de Oreja dejó al grupo con solo once miembros.
Más de la mitad de los diputados que pasaron por el Grupo Centrista acabaron engrosando las filas del Grupo Popular en las siguientes legislaturas y algunos conservaron el acta hasta 2008.
Distinto fue en el fondo -no en la forma, pues fue también se mantuvo como diputado hasta 2008- el porvenir del tinerfeño Luis Mardones Sevilla que se despidió de la política activa siendo parlamentario por Coalición Canaria. Mardones tras la división de UCD participó en la fundación de la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI) que en la década de los noventa se agruparía con varios partidos de las islas para formar CC.