Los ecos de la división del Gobierno retumbaron durante toda la sesión plenaria de este martes. La toma en consideración de la Proposición de ley del Grupo Socialista para reformar la ley del sólo sí es sí, aprobada por 231 voto a favor, 56 en contra y 58 abstenciones, no solo ha fracturado la coalición, sino que ha asestado un duro golpe a la relación entre PSOE y Unidas Podemos, que atraviesa su peor momento. El cruce de declaraciones y reproches alcanzó su punto álgido durante las intervenciones de la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, y la diputada morada Lucía Muñoz. Tales fueron los envites que el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, llegó a calificar su discurso de “impresentable”. Palabras gruesas al margen, el hecho es que los partidos que habitan Moncloa votaron diferente a una iniciativa legislativa, y no es la primera vez -ni será la última-.
En la misma sesión plenaria, la de este martes, el sentido del voto socialista y morado transitó por diferentes derroteros en la toma en consideración de la Proposición de ley del Parlamento de las Islas Baleares sobre Vivienda. La Cámara autonómica planteaba una modificación de la ley 29/1994 de Arrendamientos Urbanos para limitar los precios del alquiler de viviendas. El PSOE la rechazó a pesar de que sí apoyó la iniciativa en el Parlamento de Baleares; mientras que Unidas Podemos la apoyó. En la votación se registraron 71 votos a favor, 270 en contra y cuatro abstenciones.
Dos veces en un día no es una cifra a despreciar, máxime si se tiene en cuenta que los partidos que componen el Gobierno no han votado por separado en tantas ocasiones a iniciativas legislativas. La primera vez que los morados se desmarcaron fue en febrero del año 2020. Por aquel entonces, Pablo Iglesias era su secretario general, además de vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030. El hemiciclo dio luz verde a la adhesión de Macedonia del Norte a la Alianza Atlántica gracias a los votos de las bancadas socialista, popular, de Vox, Ciudadanos y PNV. UP se posicionó en contra.
En septiembre del 2022, en una sesión plenaria mucho más reciente, también se diferenciaron del PSOE al decantarse por la abstención en la votación sobre el protocolo de adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN. UP optó por evitar el rechazo frontal del ‘no’ ya que, al ser un partido de Gobierno, apostaban por no desentonar demasiado. Sin embargo, los diputados de Izquierda Unida sí pulsaron el botón rojo, a excepción del ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, que primó su rol de Gobierno y, como los morados, se abstuvo.
La primera gran fractura
26 de mayo del 2022. El Congreso votaba nada más y nada menos que la ley Audiovisual, un Proyecto de ley aprobado por el Gobierno de coalición. Hasta ese momento, socialistas y morados se habían separado en diversas iniciativas, como proposiciones no de ley u otros proyectos legislativos a propuesta de otros grupos, pero nunca en textos normativos salientes del Consejo de Ministros. La ley Audiovisual salió adelante gracias a la abstención in extremis del PP. UP se abstuvo. Fuentes del espacio confederal razonaron que fue un gesto de responsabilidad, precisando que hubieran votado en contra porque el redactado final ni era de su agrado, ni cumplía lo establecido en el acuerdo de Gobierno.
Hasta la fecha, esta es la única vez que ha habido diferencias sobre una norma salida de Moncloa, pero a juzgar por los últimos acontecimientos, podría repetirse la escena. El protagonista sería el Proyecto de Ley por la que se modifican diversas normas para consolidar la equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud; también conocido como ‘ley Darias’. El pasado martes, la Mesa del Congreso amplió el plazo de enmiendas, y ya van 23. El Ejecutivo se ha dado así una semana más para acercar posturas en el principal punto de fricción: las privatizaciones en sanidad. El acuerdo aún se antoja lejano. Unidas Podemos considera que la propuesta socialista avala las externalizaciones, mientras ellos abogan por prohibirlas. La última oferta, a la que los socialistas aún no han respondido, ha sido la eliminación de todo el artículo 1 de la ley Darias, que sería sustituido por un único punto que estipule la derogación de la ley 15/1997, sobre habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud, rubricada por José María Aznar. Así, aunque no se reviertan las privatizaciones, sí se impedirían a futuro.
Ley de Vivienda y grandes fortunas
La ley de Vivienda actual, la que el Ejecutivo está hilvanando con los socios, no. Otra ley de Vivienda. En diciembre del 2021 llegó al Congreso una Proposición de ley promovida por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu, JxCat, Más País y otros aliados del Gobierno. El texto había sido elaborado por colectivos como el Sindicato de Inquilinos o la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). La norma incluía una ambiciosa regulación de los precios del alquiler y Unidas Podemos votó a favor, mientras el PSOE se posicionó en contra junto con PP, Vox y Ciudadanos.
El PSOE también obstaculizó en junio de 2022 la toma en consideración de una Proposición de ley de Unidas Podemos para impulsar un nuevo impuesto a las grandes fortunas cuyo montante se situara por encima de los 10 millones de euros. La propuesta pretendía crear un nuevo tributo para complementar el Impuesto sobre Patrimonio y asegurar su aplicación en todas las comunidades autónomas. Los socialistas lo frenaron, pero unos meses después, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la creación de un nuevo tributo temporal y excepcional para las grandes fortunas. El Congreso lo aprobó la madrugada del 25 de noviembre, tras una jornada maratoniana en la que la Cámara Baja tuvo que despachar los Presupuestos Generales del Estado, la reforma del Código Penal que incluía entre otras muchas cosas la derogación del delito de sedición; y la creación del nuevo impuesto a entidades bancarias, energéticas y el antecitado que grava las grandes fortunas.
Choques menores
En lo que va de legislatura, socialistas y morados han chocado más veces, aunque la colisión, en estos casos, no ha provocado grandes turbulencias. A finales de junio del año pasado, 2022, el Pleno del Congreso rechazó tomar en consideración una Proposición de ley presentada por Unidas Podemos para reformar la ley de Minas, que data de 1973. La iniciativa únicamente cosechó 36 votos a favor (de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, Más País-Equo, BNG, Compromís y la exdiputada de Unidas Podemos María del Carmen Pita), con 283 en contra (PSOE, PP, Vox, Ciudadanos y PNV) y 22 abstenciones (de Esquerra, EH Bildu, CUP, PCR y Teruel Existe).
La división también quedó reflejada en las votaciones de una Proposición de ley morada para regular la integración voluntaria de determinados centros educativos concertados en la red pública de centros educativos; así como en la iniciativa de UP junto con otros socios del bloque progresista para permitir el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso.
Nacionalidad para los saharauis
En lo que respecta a la nueva posición de España en la cuestión del Sáhara Occidental, el PSOE también camina en solitario, sin Unidas Podemos. Pedro Sánchez dio un vuelco a la política exterior al plegarse al plan de autonomía de Marruecos y, desde entonces, la coalición no halla punto común en estos asuntos. El pasado 14 de febrero el Pleno del Congreso debatió y votó la toma en consideración de una propuesta del espacio confederal para otorgar la nacionalidad española de forma automática a los saharauis nacidos durante la época del dominio colonial, cuando el Sáhara Occidental era una provincia más de España. El Grupo Socialista se opuso y la norma la salvó el Partido Popular, que según ha podido saber Demócrata, está perfilando un modelo que cristalizarán en enmiendas al texto morado.
Este no es más que un repaso pormenorizado del historial de votos diferenciados de la coalición en iniciativas legislativas, cuya última muesca fue la reforma del sólo sí es sí. Sin duda, la muesca más profunda. Y el proceso no ha hecho más que comenzar. Unidas Podemos se enfrenta ahora a la disyuntiva de si intentar recuperar las negociaciones para moldear la reforma en el periodo de enmiendas o, si por el contrario, la dan por perdida.