En las primeras etapas de las manifestaciones programadas contra el Gobierno francés, alrededor de 200 individuos han sido arrestados en varios lugares del país, informó Bruno Retailleau, ministro del Interior en funciones. Además, se reportaron aproximadamente 50 bloqueos, afectando principalmente los centros de transporte y educativos.
Según Retailleau, estos bloqueos son «inaceptables», pues en su opinión, convierten a los ciudadanos en «rehenes» de las demandas políticas. «La movilización no es una movilización ciudadana. Ha sido acaparada por la extrema izquierda», declaró durante una rueda de prensa, según lo reportado por BFM TV.
Preparativos y contexto político
Las autoridades anticiparon la participación de cerca de 100,000 personas en estas protestas, por lo que se desplegó un operativo de seguridad integrado por aproximadamente 80,000 policías y gendarmes, con una presencia notable en París y su área metropolitana.
Estas movilizaciones ocurren después de la reciente caída del Gobierno de Françoys Bayrou tras una cuestión de confianza, y el nombramiento de Sébastian Lecornu como nuevo primer ministro, una decisión del presidente Emmanuel Macron que ha sido mal recibida por la oposición.
Manuel Bompard, coordinador nacional de La Francia Insumisa (LFI), ha anunciado que su partido impulsará una moción de censura debido a este nombramiento, que también ha descontentado a la Agrupación Nacional de ultraderecha.
Olivier Faure, líder del Partido Socialista, ha sugerido a Lecornu «renunciar» al uso del artículo 49.3 de la Constitución para aprobar propuestas sin debate en el Parlamento. «Sería la demostración de que el método cambia», comentó Faure en una entrevista con Franceinfo, haciendo un llamado a «romper» con la política de los últimos años.











