Este domingo, Hun Manet, primer ministro de Camboya, extendió su agradecimiento al presidente estadounidense Donald Trump por su colaboración en la consecución de un cese al fuego entre Camboya y Tailandia. Este reconocimiento se dio después de que Trump confirmara que ambos líderes nacionales estaban dispuestos a detener las hostilidades tras días de conflictos en su frontera común.
Manet afirmó que Camboya respalda completamente la propuesta de un alto el fuego inmediato y sin condiciones, tras escuchar a Trump expresar su «deseo de evitar una guerra o combates que provoquen numerosas muertes y heridos», así como su esperanza de que «haya paz entre ambos países». «Siempre se ha esforzado por mediar y ha logrado resolver conflictos en numerosos países del mundo», declaró.
En un comunicado, Manet expresó: «Quisiera agradecer al honorable presidente Trump su iniciativa y mediación para lograr un alto el fuego inmediato y la paz entre Camboya y Tailandia. Este excelente resultado contribuirá a proteger la vida de muchos soldados y civiles que podrían haber perdido la vida o resultado heridos en los combates, y ayudará a cientos de miles de refugiados a regresar a sus aldeas para continuar con su vida cotidiana de forma segura y pacífica».
Manet reveló que el sábado por la noche tuvo una conversación telefónica con Trump acerca de los enfrentamientos en la frontera, durante la cual el presidente estadounidense le «comunicó la positiva noticia de que la parte tailandesa también estaba de acuerdo» con la propuesta de «un alto el fuego inmediato»: «Esta es una noticia positiva para los soldados y el pueblo de ambos países», confirmó.
«Espero que la parte tailandesa no cambie de postura, como hizo con la iniciativa de coordinación del primer ministro (de Malasia) Anwar Ibrahim el 24 de julio», mencionó Manet, refiriéndose al fracaso de un intento anterior de cese al fuego, tras el cual Tailandia rechazó la propuesta citando «ataques indiscriminados contra territorio tailandés».
En respuesta a esta situación, el ‘premier’ camboyano ha instruido a su ministro de Exteriores, Prak Sokhonn, para que discuta este asunto con su homólogo estadounidense, Marco Rubio, y que «colabore en coordinación» con el ministro de Asuntos Exteriores tailandés «para implementar rápidamente los principios acordados con el objetivo de poner fin a las bajas de soldados y civiles de ambos lados».
Por otro lado, el gobierno tailandés, que ha reportado la muerte de trece civiles, ha acusado al ejército camboyano de lanzar artillería pesada a las 4.30 horas (hora local) contra residencias civiles en la provincia de Surin, tras una «campaña de desinformación lanzada por Camboya que afirmaba falsamente que Tailandia había disparado primero».
«Tailandia condena enérgicamente esta flagrante y reiterada violación del Derecho Internacional e insta a Camboya a cesar de inmediato los ataques contra objetivos civiles. No se podrá alcanzar un cese de hostilidades mientras Camboya muestre una grave falta de buena fe y viole reiteradamente los principios básicos de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional», declaró el gobierno tailandés.
Además, el Ministerio de Exteriores de Tailandia enfatizó que «se reserva el derecho inherente a la legítima defensa, consagrado en el artículo 51 de la carta de Naciones Unidas, y ha respondido contra objetivos militares limitados para neutralizar las amenazas» a su «soberanía nacional e integridad territorial».
Finalmente, dicho ministerio ha solicitado a la comunidad internacional «que condene estos actos inhumanos y reprensibles que está cometiendo Camboya y que no tienen cabida en un orden internacional basado en normas».
Los enfrentamientos comenzaron horas después de que Tailandia anunciase una reducción de sus lazos diplomáticos con Camboya, alegando que cinco de sus soldados resultaron heridos por la explosión de una mina antipersona en la provincia fronteriza de Ubon Ratchathani (este), un incidente sobre el cual Camboya ha proporcionado una versión diferente, tras meses de tensiones.
La relación entre ambos países se había deteriorado desde que el pasado 28 de mayo un soldado camboyano fuese asesinado por las fuerzas tailandesas cerca de Preah Vihear, un área disputada, sin que los esfuerzos posteriores para reducir las tensiones tuviesen éxito.















