La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha presentado ante la Mesa del Congreso un nuevo criterio interpretativo sobre la validación de los votos que se realicen por llamamiento público tras el revuelo generado durante la segunda votación del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo.
El pasado viernes el diputado de Junts Eduard Pujol se confundió y pronunció un “sí” que fue ratificado por la secretaria cuarta, Carmen Navarro. Acto seguido, Pujol rectificó, pero Navarro volvió a ratificar, repitiendo el “sí” en tres ocasiones. Armengol optó por declarar el voto nulo y emplazar a los integrantes de la Mesa a estudiar el asunto para establecer precedente, lo que no agradó al Partido Popular.
En la reunión de este martes, Armengol ha realizado una propuesta en aras de garantizar la seguridad jurídica del proceso de votación público por llamamiento. Existen tres tipos de voto y, hasta la fecha, todos tenían su correspondiente validación y/o certificación. En el voto telemático, se pide al diputado que confirme; en el presencial con botones, hay un tiempo para pulsar y prevalece el último que se haya pulsado. En ambos casos, la ratificación depende de su señoría, lo que no ocurre con el último de los formatos, el de votación por llamamiento público.
En este último, la comprobación la realiza la secretaria de turno de la Mesa, repitiendo el voto del diputado y, si este lo rectificaba de manera inmediata, se validaba el último voto expresado. He aquí el punto de fricción de lo ocurrido el pasado viernes. El diputado de Junts rectificó, pero Carmen Navarro insistió en el “sí” y eso fue lo que anotó.
Todos los sistemas de voto cuentan con su correspondiente confirmación, pero el sistema de llamamiento público es el único cuya ratificación no depende del diputad o diputada.
Fuentes de la Presidencia del Congreso lamentan que “esa práctica nunca había sido objeto de contestación”, sirviéndose de diversos ejemplos como el del diputado socialista Herminio Rufino Sancho, sin ir más lejos, quien se equivocó y pudo rectificar en el momento durante la primera votación de la investidura de Feijóo. A la luz de la discrepancia que provocó el caso de Eduard Pujol, la Presidencia ha querido poner por escrito un sistema para evitar cualquier controversia.
A la luz de la discrepancia que provocó el caso de Eduard Pujol, la Presidencia ha querido poner por escrito un sistema para evitar cualquier controversia.
En adelante, en las votaciones públicas por llamamiento, el diputado manifestará su sentido del voto, será repetido por el secretario o secretaria de turno y, en caso de error, el diputado podrá corregirlo, siempre y cuando lo haga de manera inmediata y sin solución de continuidad. El/la secretario/a interrumpirá el llamamiento y pedirá al diputado que exprese de nuevo su voto. Se considerará entonces el voto definitivo y emitido de manera válida.
Armengol ha dado una semana de plazo a los grupos para aportar mejoras al sistema, si así lo considerasen, y ratificará el texto en la próxima reunión de Mesa.
El PP exige contarlo como voto afirmativo
La portavoz parlamentaria del Grupo Popular, Cuca Gamarra, ha registrado un escrito dirigido a la presidenta del Congreso en la que argumenta que Navarro mantuvo el “sí” de Pujol porque el contexto generó cierto revuelo y no escuchó al representante de Junts desdecirse. Con todo, responsabiliza al propio diputado, alegando que tal y como reflejan los registros videográficos, éste no protesta tras escuchar los tres síes pronunciados por la secretaria cuarta.
En consecuencia, los populares solicitan que el voto se cuente como afirmativo ya que la figura de “voto nulo” no existe en el voto por llamamiento. “Ni siquiera se contempla en el Reglamento del Congreso, resultando por tanto inexplicable y manifiestamente arbitrario tal proceder”, remacha la carta.
Por último, la misiva de Gamarra aqueja que, de mantenerse el voto nulo, “se consolidaría un precedente” que sería “incompatible con cualquier concepción razonable del adecuado ejercicio de la función representativa con libertad real -y no meramente semántica- de voto”.