Aprovechando el paréntesis parlamentario que brinda enero como mes inhábil, el Gobierno decidió programar las comparecencias de sus ministras y ministros para presentar en el Congreso las líneas generales de sus políticas.
Y además de todas las leyes, decretos y planes estratégicos, varios de los ministros invitaron a la Cámara a explorar un acuerdo político, a iniciar una negociación para consensuar unas bases mínimas sobre las que luego construir políticas concretas.
Estrategia política o expresión sincera de la voluntad de lograr acuerdos más amplios que el de una mayoría simple con la que sacar adelante las normas que vayan sucediéndose, estas son las propuestas sobre las que el Gobierno quiere lograr consensos básicos:
Fraude fiscal
María Jesús Montero, vicepresidenta de Hacienda, invitó a los grupos políticos a trabajar por un acuerdo de Estado contra el fraude fiscal, con el fin de pactar medidas dirigidas al afloramiento y regularización de la economía sumergida.
Igualdad de género
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, urgió a la Comisión de Igualdad a trabajar conjuntamente para acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres, con especial atención a su “exponente más salvaje, la violencia machista”. Es una de las prioridades del Gobierno para esta legislatura, por lo que considera vital renovar el Pacto de Estado contra la violencia de género. Para ello, propuso la creación de una subcomisión en el Congreso.
Infraestructuras
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, pidió trabajar en un acuerdo de país por las infraestructuras para sentar unos criterios estables, con vocación de permanencia, y alcanzar así un consenso mínimo en esta materia.
El ministro justificaba que las infraestructuras, desde su planteamiento y diseño hasta su ejecución, tienen un ciclo superior a los de electorales, pero además lamentaba cómo se han convertido en un objeto de batalla política y elemento de agravio. Y aun reconociendo que en algunos casos sí existía justificación para estos agravios, otros acababan convirtiéndose en un foco de permanente insatisfacción y frustraciones por la generación, a sabiendas, de falsas expectativas.
Salud Mental
Mónica García, ministra de Sanidad, anunció la puesta en marcha a la mayor celeridad posible del Pacto de Estado por la Salud Mental. A su juicio, y en sintonía con Moncloa, se trata de uno de los desafíos más acuciantes. El acuerdo de país supondría un aumento de la financiación e implicaría engrasar la coordinación entre las comunidades autónomas.
Industria
Jordi Hereu emplazó al Congreso a alcanzar un “gran pacto por la industria”, un “gran pacto económico y social por la reindustrialización y transformación del sector industrial” dirigido a avanzar hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente, basado en la innovación, el conocimiento, la digitalización y la capacitación de los trabajadores para conseguir una industria más productiva, sostenible y competitiva.
El ministro situó la Ley de Industria, cuyo proyecto espera remitir próximamente a las Cortes, como “punto de partida” para lograr este acuerdo de país.
Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial ofrece extraordinarias oportunidades, pero también contiene importantes elementos de riesgo. Es por ello por lo que el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, invitó tanto a los grupos parlamentarios como a las distintas administraciones y organizaciones a participar del Acuerdo de país por la IA.
Ya existe un marco europeo, pero hay muchos desarrollos y protocolos pendientes, por lo que cada país adoptar sus propias estrategias y límites. España, tal y como anticipó Escrivá, adoptará una perspectiva humanista.
Migraciones
No fue una invitación a un acuerdo de país ni pacto de Estado, pero la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, sí que pidió al conjunto de la Cámara una aproximación a la política migratoria constructiva y “dejar la inmigración al margen de la confrontación”.
Aun reconociendo la legitimidad para emitir críticas, sí pidió a los grupos no caer en el “trazo grueso”, por entender que no favorecía en nada a la convivencia y a la necesidad de integración de las personas extranjeras.