Información actualizada a las 07:25
Los comicios para elegir los 135 escaños de la próxima legislatura del Parlament dan un vuelco al panorama político catalán. Salvo sorpresa durante las negociaciones para formar gobierno, los escenarios que se abren son el de un Ejecutivo presidido por el socialista Salvador Illa (en coalición o en solitario) o una repetición electoral. Por primera vez desde 1980, la Cámara autonómica no tendrá mayoría de representantes del espacio nacionalista o independentista.
Los resultados, de un vistazo
- Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Nunca antes el PSC había logrado imponerse tanto en votos como escaños. A la espera del voto de los residentes en el extranjero (CERA), Illa iguala la segunda mejor marca en escaños del partido: los 42 de Raimon Obiols (1988) y Pasquall Maragall (2003).
- Puigdemont x Catalunya (Junts+). En su pugna por la hegemonía en el independentismo, Puigdemont se impone con claridad a ERC, más por la caída de estos últimos que por un gran resultado de Junts. Pese a subir tres escaños, los números no dan para reeditar un gobierno de formaciones independentistas.
- Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Los republicanos confirman su mal momento electoral, tras los resultados de las últimas elecciones generales y municipales, el año pasado. Pierden 13 actas y más de 7,5 puntos. En sus manos está mantenerse dentro de la Generalitat, como parte de tripartito de izquierdas, o pasar a la oposición.
- Partido Popular de Cataluña (PP). El PP recupera la cuarta plaza, lugar que no ocupaba desde 2012. Con 15 escaños y casi un 11% de voto, Alejandro Fernández quintuplica su representación y se mueve en registros similares a los de 2006, con Josep Piqué como candidato. Podría ser determinante para que haya o no repetición electoral si a PSC, ERC y Comuns no les salieran las cuentas.
- Vox (Vox). Pese a verse superada por el PP, la formación presidida por Santiago Abascal mantiene sus 11 diputados y crece ligeramente en apoyos.
- Comuns Sumar(Comuns). La coalición de los comunes y Sumar, heredera del espacio del PSUC e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), mantiene la tendencia a la baja desde que ICV se disolviera dentro de los Comunes. Sus esperanzas pasan por formar parte del próximo gobierno autonómico.
- Candidatura d’Unitat Popular (CUP). La CUP es otra de las perdedoras de la noche al dejarse el 40% de sus apoyos y 5 de sus nueve escaños. Sin posibilidad de suma independentista, únicamente serían relevantes en clave de gobernabilidad si negociaran con el PSC su posición de cara a la investidura.
- Aliança Catalana (Aliança). La formación liderada por la alcaldesa de Ripoll (Girona) y caracterizada por su discurso duro contra la inmigración irrumpe en el Parlament. Sus casi 27.000 votos en Girona y 13.000 en Lleida le otorgan dos asientos en el próximo Parlament.
- Ciutadans (Cs). Adiós a la formación naranja en la comunidad que le vio nacer. Seis años y medio después de ganar en votos y escaños, se queda sin representación. De 1,1 millones de apoyos en 2017 a menos de 25.000 en esta última cita, superados por el PACMA.
A la espera de estudios demoscópicos poselectorales, no es aventurado afirmar tras un primer análisis de los resultados que parte del votante de ERC en 2021 se ha movido hacia el PSC, otra fracción hacia Junts y otros se han quedado en casa. Es lo que esbozaban los sondeos previos y así parece que se habría confirmado. Los socialistas catalanes habrían captado también papeletas en el espacio de los Comunes.
Más difuso resulta vaticinar el crecimiento del PP. Aun en el supuesto de que se hubieran hecho con el electorado que quedaba de Cs (las encuestas recogían que una proporción significativa de ellos se decantaba por el PSC) y con Vox manteniéndose en números de 2021, es posible que Fernández se haya nutrido de antiguos electores desencantados e incluso de gente que antes había optado por los socialistas.
Por su parte, la apuesta de Puigdemont por intentar polarizar la campaña y aglutinar el voto independentista en torno a su figura no ha tenido el efecto deseado. En un contexto de aumento de la participación y en el que ERC y la CUP pierden más de 240.000 sufragios y 18 diputados, Junts gana algo más de 100.000 apoyos respecto a la última convocatoria electoral y 3 escaños, pero quedan muy lejos de cualquier opción de volver a presidir Cataluña.
Por último, la que será novedad de la legislatura, Aliança. Aunque se reivindican como fuerza independentista que apuesta por la vía unilateral, habrá que esperar a las poselectorales para ver si ha pesado más la dimensión territorial (en ese supuesto su electorado vendría en gran medida de ERC, la CUP y Junts) o la cuestión migratoria, en cuyo caso las ganancias podrían venir incluso de gente que en 2021 votó a Vox o PP.
Adiós a la hegemonía del independentismo
Junts consigue liderar el espacio independentista. Tras años de pugna igualada, los de Puigdemont logran una victoria destacada frente a ERC, que se impuso por la mínima en 2021 y logró alzarse con la presidencia de la Generalitat. Sin embargo, puede hablarse de una amarga victoria. Por primera vez desde 1980, cuando Pujol fue investido gracias a la abstención de la UCD, las fuerzas nacionalistas o independentistas presentes en el Parlament no alcanzan la mayoría absoluta (al menos 68 escaños). La suma de Junts, ERC y la CUP se queda en 59, cifra que asciende a 61 si se incluye a Aliança (en campaña, el resto de partidos rechazaron incluirles en la gobernabilidad).
La participación, en niveles previos al procés
En cuanto al dato de participación en la noche electoral (sin el recuento del voto CERA), los números vuelven a moverse en lo que era habitual antes de la escalada secesionista en Cataluña: en niveles de alrededor del 57-60%. Con el 99,5% escrutado, la movilización en las urnas fue del 57,94%, el cuarto peor registro desde la restauración democrática y una subida de 6,7 puntos respecto a 2021, cuando se votó en pandemia y con restricciones sanitarias entre la población.
Voto CERA: muy improbable que cambie el reparto
El baile del último escaño en algunas de las provincias hizo que durante buena parte de la noche electoral no hubiera ninguna suma clara de posibles mayorías de Gobierno. Con Lleida y Tarragona como plazas con los márgenes más estrechos, al final el PSC se hizo con esos últimos asientos arrebatándoselos a Junts y la CUP respectivamente. A la espera de que concluya el escrutinio provisional (al 99,7% en Lleida y en un 98,8% en Tarragona), una diferencia de 761 votos separa a Junts y 570 a la CUP de obtener otro diputado, a costa de los socialistas.
Si no hay correcciones tras el recuento oficial, todo quedaría a expensas del voto CERA, que se escrutará este viernes, cinco días después de la votación, como marca la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), en su artículo 103.1. Aunque históricamente el CERA ha beneficiado a CiU, un análisis del voto en cada convocatoria anterior permite adelantar que, salvo que se produzca un nivel de participación extraordinario, es prácticamente imposible que la asignación de escaños varíe.
Un dato: 812 son los votos obtenidos en Tarragona por Alhora, la formación de nuevo cuño creada por Clara Ponsatí. La todavía eurodiputada y exconsejera de Enseñanza en el Gobierno de Carles Puigdemont también huyó a Bruselas en su día para esquivar la acción de la Justicia española. Ponsatí abandonó las filas de Junts en desacuerdo con el pacto alcanzado con el PSOE, en noviembre del año pasado, para investir a Pedro Sánchez.
¿Y ahora qué? Los posibles pactos de Gobierno
Atendiendo a vetos cruzados, manifestaciones de campaña e incluso de la propia noche electoral, el resultado del 12-M, en clave de gobernabilidad, se puede sintetizar de la siguiente manera: Salvador Illa es el único candidato viable, aunque todo dependerá de ERC. A la espera del recuento oficial que haga definitivos los resultados, solo hay dos combinaciones, más o menos factibles, que lleguen a la barrera de los 68 escaños.
- PSC + Junts. Si la sociovergencia no fue posible en su día entre CiU y PSC, no parece que ahora sea más fácil una entente entre socialistas y Junts. Puigdemont ya dejó claro en campaña que no haría president a Illa.
- Reedición del tripartit. El escenario en principio menos complicado. Exige del entendimiento de tres fuerzas que recientemente no han logrado pactar los últimos presupuestos de la Generalitat, ni tampoco los del Ayuntamiento de Barcelona, que sigue sin cuentas para este año. El presidente en funciones, Pere Aragonès, manifestó anoche la idea de que ERC debe pasar a la oposición.
Más allá de los supuestos anteriores hay otros con negociaciones que implican a más fuerzas, algunas de ellas incompatibles.
- Bipartito PSC-Comuns. Si finalmente ERC descartara cualquier escenario para repetir en el Ejecutivo, su voto a favor sería imprescindible para superar la previsible oposición de Junts, PP y Vox (61 escaños) a un gobierno con la participación de los Comuns.
- Illa en solitario (I). Con 42 diputados, Illa necesitaría el apoyo de al menos los Comuns y la abstención de ERC , PP , la CUP y Aliança para superar una negativa de Junts y Vox (46), sacar adelante su investidura e intentar gobernar en solitario.
- Illa en solitario (II). En el caso de una negativa de los Comuns, el socialista necesitaría el ‘sí’ de ERC (62 votos en total) y la abstención del PP para superar los 58 noes de Junts, Vox, Comuns, CUP y Aliança.
Frente a Illa, la alternativa remota de Puigdemont. Hay dos precedentes en los que el PSC facilitó la investidura de un aspirante de CiU, aunque siempre con los convergentes como primera fuerza. Como ahora, en ambos casos el PSOE gobernaba España. En 1995, con el Gobierno de Felipe González debilitado por la situación económica y sucesivos escándalos de corrupción, el PSC de Joaquim Nadal (consejero de Universidades en el Gobierno de Aragonès) se abstuvo para que Jordi Pujol fuera presidente por quinta vez (antes, en 1993, CiU había apoyado a González para repetir por última vez en La Moncloa).
El segundo antecedente data de 2010. Con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno de la nación, Artur Mas lograba su primer mandato gracias a una abstención de los socialistas, entonces liderados por José Montilla. Como ya sucediera en 1993, los convergentes (esta vez absteniéndose) habían sido imprescindibles, dos años antes, para la segunda investidura de Zapatero.
Ahora, cualquier escenario para llevar a Puigdemont al frente de la Generalitat requeriría de:
- Coalición Junts + PSC. Un ‘sí’ del PSC, difícil de imaginar con Illa como ganador tanto en votos como es escaños, además de forma clara sobre Junts.
- Bipartito o tripartito independentista. Con abstención del PSC.
- Puigdemont en solitario. Además de la abstención del PSC, sería necesaria la de ERC y que la CUP no votara en contra de Puigdemont (35 escaños) para superar la previsible negativa de PP, Vox y Comuns (32 escaños o 34 si también se opusiera Aliança).
El camino a la investidura: calendario y elección del ‘president’
Nueva legislatura, como tarde el 10 de junio
El arranque de la XIV legislatura no tiene todavía fecha, pero sí un límite máximo. Aunque el artículo 1 del Reglamento del Parlament dice que el decreto de convocatoria electoral debería incluir el día y hora de la sesión constitutiva, la Ley de la presidencia de la Generalidad y del Gobierno reserva dicha potestad al presidente de la Generalitat en funciones. Así el artículo 10.d) da a Pere Aragonès la atribución de convocar la sesión constitutiva dentro de 20 días hábiles tras las elecciones. Por tanto, la fecha límite para el inicio de la legislatura será el 10 de junio (el 20 de mayo es festivo en Barcelona).
Debate de investidura, hasta el 25 de junio
Tras la celebración de la sesión constitutiva, elegida ya la nueva presidencia del Parlament y el resto de integrantes de la Mesa, en el plazo de 10 días hábiles, el presidente o presidenta de la Cámara, previa ronda de consultas con los partidos y grupos que logren representación parlamentaria, debe proponer una candidatura a la presidencia de la Generalitat. Esto, que viene establecido en el artículo 4.1 de la Ley de la presidencia, no se cumplió tras las elecciones de 2017, tras una sucesión de decisiones de la Mesa y recursos y resoluciones judiciales.
A VUELTAS CON LA INVESTIDURA EN 2018 Tras el inicio de la legislatura, el 17 de enero de 2018, el entonces presidente del Parlament y hoy consejero de Empresa y Trabajo de la Generalitat, Roger Torrent, convocó el pleno de investidura para el 30 de enero, con Puigdemont como aspirante, vía telemática. Aquella decisión fue recurrida por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional, que admitió la medida cautelar de suspender "cualquier sesión de investidura que no sea presencial", al tiempo que impedía delegar el voto a los diputados prófugos. Mientras tanto, Junts se negaba a proponer otro nombre que no fuera del de Carles Puigdemont, hasta que a primeros de marzo este renuncia a su pretensión de ser investido de forma remota. Días después, Torrent propuso a Jordi Sánchez, entonces presidente de la asociación civil Asamblea Nacional Catalana. Sánchez, en prisión desde otoño de 2017, pide permiso para poder asistir al debate de investidura, recurso que fue desestimado por el Supremo. El 21 de marzo, se propone un tercer candidato, Jordi Turull, que un día más tarde no obtiene los apoyos suficiente para ser investido en primera votación. Al día siguiente, el 23, ingresa en prisión por resolución del Supremo. Al final, el 14 de mayo, fue investido Quim Torra, casi cuatro meses después desde la sesión constitutiva.
¿Cómo se elige al ‘president’ de la Generalitat?
- Para ser presidente de la Generalitat de Cataluña es condición imprescindible ser diputado del Parlament (artículo 67 del Estatuto de Autonomía y artículo 4 de la Ley de la presidencia).
- El candidato presenta sin límite de tiempo su programa de gobierno antes de pedir la confianza del Pleno (artículo 149.1 del Reglamento del Parlament).
- A continuación, se puede suspender la sesión por un máximo de 24 horas. En el turno de portavoces, el representante de cada grupo tendrá un turno de 30 minutos. Si el candidato da réplica, cada portavoz tendrá derecho a un nuevo turno de palabra, «de un tiempo igual al utilizado por el candidato» (artículo 149.2 del Reglamento).
- Concluido el debate se procede a la votación. El candidato será investido si logra mayoría absoluta (68 votos) en primera votación.
- En caso de no alcanzar los apoyos suficientes en un primer intento, desde ese momento comienza una cuenta atrás de dos meses para elegir a un presidente o presidenta de la Generalitat. En caso de que nadie lo consiguiera, el parlamento «queda disuelto automáticamente» (artículo 67.3 del Estatuto de Autonomía y 4.6 de la Ley de la presidencia). Una eventual repetición electoral se celebraría entre finales de septiembre y mediados de octubre.
- Dos días después de la primera votación, el candidato puede someterse a un segundo debate y una segunda votación. En este supuesto bastará con mayoría simple (más síes que noes).
Renovación de 8 escaños en el Senado
Como al resto de parlamentos autonómicos, al catalán le corresponde la elección de un número de senadores en proporción a la población del territorio: un representante para cada comunidad más otro adicional por cada millón de habitantes. De esta forma, el Parlament nombra ocho senadores de designación autonómica. La Ley del procedimiento de designación de los senadores que representan a la Generalidad en el Senado establece que es la Mesa quien decide, siguiendo criterios de proporcionalidad, cuántos senadores corresponden a cada grupo.
En el plazo máximo de treinta días desde la sesión constitutiva deben registrarse las propuestas de candidaturas. «Debe garantizarse la presencia equilibrada de mujeres y hombres» (ninguno de los sexos puede superar el 60%, artículo 5.5 de la Ley del procedimiento de designación). Si los aspirantes son declarados elegibles por la Comisión del Estatuto de los Diputados del Parlament, solo quedará convocar el pleno en el que se ratificarán y proclamarán las personas propuestas por cada grupo con derecho a ello.
Tras el resultado del 12-M, es previsible que entren en el reparto PSC (2-3), Junts (2), ERC (1-2), PP (1) y Comuns (1). Actualmente hay tres senadores designados a propuesta del PSC(Alfonso García Rodríguez, Núria Marín y Antonio Poveda), tres por ERC(Laura Castel, Josep Maria Reniu y Héctor Sánchez) y dos por Junts(Josep Lluís Cleries y Mª Teresa Pallarès).