Antón Costas, presidente del Consejo Económico y Social, ha expresado su preocupación por la tendencia de la sociedad a buscar ‘seguridad’ en sistemas ‘totalitarios’ ante periodos de ‘incertidumbre’, como los provocados por la emergente tecnología de inteligencia artificial.
Costas ha compartido estas reflexiones en la segunda sesión del Vigo Global Summit de Zona Franca, que tuvo lugar en el Auditorio Mar de Vigo. Durante el evento, dialogó con Amparo Alonso Betanzos, catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, sobre el tema ‘Tecnología, productividad y cohesión: hacia un nuevo contrato social’.
El presidente se ha enfocado en la ‘incertidumbre’ que despierta la inteligencia artificial, destacando la falta de acuerdo entre expertos sobre sus efectos futuros en el ámbito laboral y económico. Algunos especialistas prevén un impacto ‘escaso’ en la productividad, mientras otros lo consideran ‘importante’.
‘Si no sabemos. Si no somos capaces de decirle a la sociedad qué es lo que con más probabilidad va a ocurrir, ¿hacia dónde va a orientarse el debate público?’, cuestionó Costas, señalando que esta ‘ignorancia’ incrementa la ‘ansiedad y de incertidumbre’ que podría desencadenar un ‘apocalipsis laboral’.
Antón Costas también ha resaltado que, ante esta ‘incertidumbre’, la población podría inclinarse hacia ofertas de tipo ‘totalitario’, un ‘problema grave’ según sus palabras. A pesar de la incertidumbre, instó a ‘rechazar el fatalismo’ y a tomar acciones responsables en el uso de la inteligencia artificial.
En un tono más ligero, durante una conversación con Alonso, Costas bromeó sobre su presencia en el evento, sugiriendo que podría deberse a su lugar de nacimiento, coincidente con el del delegado del Estado en la Zona Franca, David Regades. Alonso apuntó que varias empresas que inicialmente optaron por una inteligencia artificial sustitutiva, terminaron readmitiendo empleados ante el rechazo de los usuarios.
Finalmente, Costas enfatizó que el objetivo de las empresas no debería ser únicamente el lucro, sino generar ingresos de manera responsable y ética, para asegurar que la inteligencia artificial no comprometa la continuidad de la humanidad y la democracia.











