Pese a tratarse de una figura ya reconocida en la Ley del Sector Eléctrico, la ausencia de un desarrollo normativo propio ha impedido la implantación en España de los agregadores independientes. Se trata de una figura que responde a la Directiva del Mercado Interior de la Electricidad (2019/944) como herramienta de flexibilidad para el sistema eléctrico desde la demanda.
¿Qué es un agregador independiente? Alicia Carrasco, directora ejecutiva de la asociación empresarial ENTRA Agregación y Flexibilidad, se remite a la definición de la propia ley: agentes que participan en el mercado de producción, ajenos a las compañías comercializadoras y que combinan múltiples consumos de energía para su venta o compra.
“Un agregador independiente es un agente que gestiona tu flexibilidad y que es independiente de tu comercializadora. Puedes tener la compra de tu electricidad con una comercializadora y la gestión de tu flexibilidad con un agregador”, explica.
Alicia Carrasco es directora ejecutiva de ENTRA Agregación y Flexibilidad, organización que reúne desde 2018 a agentes y empresas de servicios energéticos y tecnologías reivindicando un marco regulatorio propio para la agregación de energía.
También es fundadora y CEO de la consulta europea de estrategia energética olivoENERGY.
La gestión de la demanda de los consumidores
“Lo que hace el agregador independiente”, abunda, “es activar la gestión de la demanda de consumidores”. ¿En qué consiste esta gestión de la demanda? Cuando hay un exceso de generación, se manda una señal al consumidor para que pueda consumir más en esa franja horaria. Y en sentido contrario. Cuando el precio es muy caro, o el coste de los servicios de balance es muy caro o hay un problema de generación, se manda una señal para que en ese momento se consuma menos.
Todo ello, a cambio de una compensación. “Si tú te comprometes como consumidor final a hacer esto a través de un contrato con tu comercializadora o con un agregador independiente, se te paga por este compromiso. Y en algunos momentos también se te puede pagar por reaccionar a lo que te dice quien está gestionando tu flexibilidad”, explica Carrasco.
Francia o Reino Unido cuentan ya con una regulación, pero en España aún no están definidos sus derechos y obligaciones. Un vacío que viene a cubrir el proyecto de Real Decreto con el que el Gobierno quiere aprobar el nuevo Reglamento de suministro y contratación.
Rol activo y entrada en nuevos mercados
La propuesta, publicada en julio, permite jugar al consumidor un rol activo en el mercado, al poder suscribir más de un contrato de forma simultánea y participar de forma colectiva con otros consumidores.
“Hasta ahora no estaba desarrollada la normativa que permitía su participación en los mercados. No tenía definidas sus garantías, cómo se pagan los desvíos o si hay o no compensación”, abunda la directiva de ENTRA. La propuesta del Gobierno en el borrador del futuro decreto es determinar como compensación un porcentaje del precio de mercado en cada momento, nunca superior al 50%.
Carrasco defiende que la llegada de nuevos jugadores a los mercados de electricidad permitirá abaratar servicios como los de balance (servicios que mantienen el equilibrio entre la generación y la demanda) y, por ende el coste final de la electricidad.
Los mercados eléctricos en España se estructuran en tres bloques principales: a plazo, mercados diario e intradiario y los de ajuste. Entre estos últimos se encuentran los servicios de balance, los únicos en los que participa la demanda.
“La participación de la demanda en el mercado y en los servicios de balance aumenta la oferta. Es bastante interesante porque finalmente el consumidor final va a tener unas ventajas que no tenía al no participar en estos servicios”, incide.
La propuesta de esta asociación en este sentido es la apertura de todos los mercados eléctricos, incluyendo el servicio de regulación primaria, un mercado de balance que en otros países, como Alemania, Francia, Bélgica o Reino Unido, sí es abierto. “Nosotros proponemos que se abra al mercado y que puedan participar en este servicio de balance los sectores de la generación, el almacenamiento y la gestión de la demanda. Es un nuevo servicio que en otros países ya es un servicio de mercado, donde participan, por ejemplo, las baterías ‘detrás del contador’.
Mercados de capacidad y mercados locales de flexibilidad
Las llamadas baterías ‘detrás del contador’ son aquellos sistemas de producción y almacenamiento próximos al lugar de consumo, que no pasan por la red pública, como por ejemplo el autoconsumo con placas solares. “Participar en los mercados hace más interesante para quien invierte en baterías, al tener un retorno. Y, además, en general cuando los servicios se abren al mercado tienen un coste menor para el consumidor final en su totalidad”, defiende.
ENTRA también aboga por la creación de un mercado de capacidad a través de un mecanismo competitivo de subastas, que atienda las necesidades de potencia firme, y la creación de mercados locales de flexibilidad, con incentivos para el uso de la flexibilidad en las redes de distribución.
“Los mercados locales de flexibilidad implican que el distribuidor pueda gestionar, operar y planificar la inversión en sus redes teniendo en cuenta los recursos distribuidos”, explica Carrasco. La flexibilidad en el sistema es una de las claves en las normas en las que trabajan Gobierno y el regulador, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
De hecho, este mismo mes de octubre la CNMC ha publicado la Circular 1/2024 para introducir el concepto de acceso flexible, al que podrán optar algunas instalaciones de demanda. La normativa pretende maximizar la utilización de las redes existentes y optimizar el aprovechamiento de las instalaciones de conexión.
Si la conexión firme garantiza conexión el 100% de las horas contratadas, en la flexible el suministro no está garantizado todas las horas del año. “Esto abriría más capacidad en la red que, a día de hoy, de otra manera no tenemos”, señala Carrasco, antes de apuntar que en otros países, como Alemania, se están haciendo propuestas de redes flexibles obligatorias. “Aquí todavía no estamos en esto, pero sí es verdad que en España tenemos un problema de que no hay capacidad suficiente”.
¿Qué impacto tiene para el consumidor?
Además de la mayor competencia y previsible bajada de costes, la directiva de ENTRA recomienda a los consumidores conocer la flexibilidad de sus consumos eléctricos para saber qué capacidad tiene para adaptarlos y, por ende, aprovecharse de las posibilidades que ofrecerá la futura regulación.
“Si eres un consumidor doméstico, tu recurso flexible va a ser el agua caliente, la aerotermia si tienes bombas de calor, el aire acondicionado y el vehículo eléctrico. Si eres industrial, ahí debes conocer qué procesos y consumos tienen flexibilidad y a qué precio estarías dispuesto a aminorar en un momento concreto. O a aumentarlo”, comenta.
“La flexibilidad”, señala Carrasco, “va a tener valor. Tanto por la capacidad adicional que aporta a la red como la posibilidad de planificar la red de manera más ágil, ahora que se necesita incluir más puntos de consumo”. En juego está la atracción de nuevas actividades industriales, pero también las posibilidades de descarbonización de las que ya están y quieren sustituir su consumo gasístico por sistemas de almacenamiento térmico a partir de generación renovable.
“Conocer tu flexibilidad presente y futura es muy interesante. No sólo cómo vas a participar en el mercado, sino también qué agregador o comercializadora se adapta más a tu proceso productivo. Cuantos más agentes haya más tipos de contratos podrás elegir”.