En diciembre de 1979, el Grupo Socialista registro una Proposición no de ley (PNL) sobre los efectos nocivos para la salud del hábito de fumar tabaco. Hasta entonces, los debates que había acogido el Congreso sobre la materia se restringían a cuestiones económicas. Iniciativas como el Plan de extensión de fomento y cultivo del tabaco, la propuesta de medidas para reprimir el contrabando del tabaco o preguntas sobre la crisis del sector en Canarias.
Amparado en las tesis del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la salud (OMS) que responsabilizaba al tabaco de aumentar la tasa de defunción, la morbilidad por cáncer de pulmón o bronquitis y el retraso del desarrollo del feto en madres fumadoras, el PSOE planteó las siguientes cuestiones:
- Suprimir la publicidad en favor del tabaco en los medios oficiales.
- Advertir del riesgo para la salud en todos los envases de tabaco cualquiera que sea su tipo.
- Establecer límites máximos para los productos de la combustión de los cigarrillos.
- Implantar lugares destinados a no fumadores en los transportes públicos en los que hoy se permite fumar.
- Limitar los lugares destinados a fumadores en los establecimientos públicos, especialmente en los establecimientos sanitarios.
El texto fue aprobado casi sin modificaciones, pero se sumó la prohibición de venta de tabaco a los menores de dieciséis años, introducido vía enmienda de adición a instancias de la Coalición Democrática de Manuel Fraga.
La hipocresía social
El debate en el Pleno tuvo lugar el 11 de marzo de 1981, apenas dos semanas después de la intentona golpista del Teniente coronel Antonio Tejero que mantuvo a sus Señorías retenidas durante casi 17 horas en el Hemiciclo. Suceso al que hizo alusión Francisco Javier Yuste Grijalba, diputado socialista encargado de defender la PNL en nombre de su grupo.
Yuste reconoció cierta «osadía» por su parte al defender esa proposición después «de la noche que tuve ocasión de pasar con todos ustedes, en la que contribuí a traer cigarrillos«. Y añadió que volver a la normalidad pasaba por entrar en temas «tal vez menores a efectos políticos, pero sin duda importantes a efectos de la salud».
En su intervención, el diputado tachó de «hipocresía social» los postulados que rechazaban las drogas «que por supuesto son muy malas, con un vaso de whisky en la mano y fumando». Y llamó a abordar el tema con seriedad distinguiendo las anécdotas de las categorías
«Las anécdotas pueden ser la pipa de don Luis o los Pall-Mall del Presidente de la Cámara (Landelino Lavilla), pero lo que no son anécdotas son los 6.000 casos de cáncer de pulmón que todos los años se dan en nuestro país», insistió desde la tribuna.
Un Hemiciclo sin humo
El diputado socialista reconoció que sería desastroso e ilógico «prohibir de un plumazo la fabricación de cigarrillos», pero si veía viable ir paulatinamente inculcando a los fumadores hábitos de moderación en el consumo, y sobre todo infundir a los adolescentes la buena costumbre de no empezar a fumar.
Antes de acabar su turno y apelando a la «faceta pedagógica» del Parlamento sugirió al resto de parlamentarios limitar las zonas en las que fumaban:
«Y, en último término, me atrevería a pedir que en el consumo de sus cigarrillos excluyeran el Hemiciclo», añadió para finalizar.
Consenso con matices
Entre el resto de grupos de la Cámara, solo tomó la palabra el partido del Gobierno. José Luis del Valle y Pérez (UCD) anunció su postura favorable y recordó las campañas llevadas a cabo por el Ministerio de Sanidad en este ámbito durante 1979 y 1980.
Los distintos puntos de la PNL y la enmienda se votaron por separado. La eliminación de la publicidad en los medios de comunicación públicos y la advertencia en los envases del riesgo para la salud que provoca fumar, fueron los asuntos que más consenso generaron: 246 votos a favor, 17 en contra y 5 abstenciones. En frente, la prohibición de la venta de tabaco a menores de 16 años, que obtuvo 159 síes, 99 noes y 6 abstenciones.
Llama la atención la división de voto entre las filas de la UCD, que ya por entonces arrastraba conflictos internos. Aunque en esta ocasión la balanza la decantó más que las pugnas entre corrientes la conciencia de cada diputado. Por su parte, el histórico líder del PCE, Santiago Carrillo, reconocido fumador empedernido votó en contra de todas las medidas salvo de las dos primeras.
Paso a paso
En marzo de 1982, el Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo aprobó el Real Decreto 709/1982, de 5 de marzo, por el que se regula la publicidad y consumo del tabaco. Con él se puso fin a la publicidad del tabaco en los medios de comunicación públicos y se prohibió la venta de este a menores de 16 años.
En marzo de 1988, el Gobierno de Felipe González aprobó el Real Decreto 192/1988, de 4 de marzo, sobre limitaciones en la venta y uso del tabaco para protección de la salud de la población. Medida que implicó la prohibición de fumar en los medios de transporte colectivo, urbanos e interurbanos, como los autobuses y en los centros sanitarios.
En septiembre de 2003, durante el mandato de José María Aznar, se traspuso la directiva 2001/37/CE, sobre el uso de fotografías en color u otras ilustraciones como advertencias sanitarias en los envases de tabaco.