Sin sorpresas en la segunda jornada del debate y la votación de investidura del candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en su búsqueda por suceder a Pedro Sánchez al frente del Gobierno. Feijóo no ha conseguido los apoyos suficientes y tendrá que esperar a un nuevo pleno, convocado para este viernes, a las 12:15. La segunda votación no se celebrará en ningún caso antes de las 13:22, 48 horas después de la primera, como marca el artículo 99.3 de la Constitución
EL PLENO DEL VIERNES El próximo viernes a las 12:15 horas comenzará la sesión en la que Feijóo dispondrá de 10 minutos para volver a apelar a los grupos, y éstos dispondrán de cinco minutos para fijar su posición de voto. La segunda votación, que requiere de mayoría simple -más síes que noes- no podrá tener lugar antes de 48 horas desde la primera.
La votación, pública y por llamamiento, comenzó poco antes de las 13:00 horas. Al margen de los de su propio partido (137 escaños), Feijóo ha contado con los apoyos de Vox (33), la diputada de CC y el del parlamentario de UPN. En total 172 votos, insuficiente para conseguir ser investido, en primera votación (es necesaria la mayoría absoluta de la Cámara, 176 escaños). En contra, 178 votos, los del resto de grupos: PSOE (121), Sumar (31), ERC (7), Junts (7), EH Bildu (6), PNV (5) y el del diputado del BNG.
En la sesión de ayer, Feijóo solicitó la confianza de la Cámara Baja con un discurso centrado en la hipotética ley de Amnistía que estaría trabajando el PSOE para atraer a sus socios independentistas catalanes, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts. En su intervención inicial expuso también un programa de Gobierno que pivota en torno a seis ejes, media docena de pactos de Estado: regeneración democrática, Estado de bienestar, saneamiento económico, Familias, un Plan Nacional del agua y la cuestión territorial.
CUENTA ATRÁS HACIA LA DISOLUCIÓN DE LAS CORTES La primera votación tiene más consecuencias. Se pone en marcha la cuenta atrás hacia una disolución de las Cortes Generales y una hipotética repetición electoral. Desde este momento, las 13:22 de hoy, la Constitución da un plazo de dos meses para que alguien consiga la confianza del Congreso y logre ser investido presidente (artículo 99.5). La fecha límite, el 27 de noviembre. En caso contrario, el país quedaría abocado a nuevos comicios.
Sus palabras, propuestas y promesas no surtieron el efecto deseado y ningún grupo cuyo voto no estuviera atado previamente ha cambiado de parecer. Al contrario. El proceso de investidura puede haber enturbiado su relación con el PNV, consecuencia tras el intercambio de impresiones con su portavoz parlamentario, Aitor Esteban.
Cordón sanitario para EH Bildu
La segunda sesión ha comenzado con la intervención del Grupo Parlamentario de EH Bildu, al que le ha sucedido el PNV. Como ya hiciera ayer con ERC y Junts, Feijóo ha optado por darles réplica de forma conjunta.
En su negativa al candidato, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, marcó perfil ante una eventual investidura de Pedro Sánchez. «No existe Gobierno de progreso posible sin la concurrencia de las izquierdas soberanistas vasca y catalana». Aizpurua aprovechó también su discurso para poner en valor los apoyos de los abertzales al Gobierno durante la legislatura pasada con la Ley de Vivienda o la creación de los tributos a la banca, las eléctricas o los grandes patrimonios.
Vox, «la ballena en la piscina» para el PNV
Desde la tribuna de oradores, Aitor Esteban, portavoz del PNV, desgranó multitud de argumentos con los que justificó el rechazo de su partido a Feijóo y su proyecto. ¿El principal y más citado? Vox, a los que llegó a describir como una «ballena» en la «piscina» que el PP se negaba a ver. «No puede hacer creer que Vox no está en la coalición». Y si gobernara, «sus votos seguirían siendo imprescindibles en la legislatura».
Ya en su turno de réplica, el candidato Núñez Feijóo rechazó a EH Bildu como actor político legítimo. Sus votos «no los quiero», desdeñó el presidente popular. «Bildu es el único partido de España al que habría que hacerle un cordón sanitario». A partir de ahí, Feijóo insistió en diferenciar a EH Bildu del resto de formaciones soberanistas con representación en el Congreso, como Junts, ERC o el BNG. También con respecto al PNV, a quien lanzó una advertencia dirigida a su portavoz. «Tengan cuidado señor Esteban porque a ustedes les están empezando a ganar, al PNV».
Más allá de Vox, los apoyos llegan desde el Mixto
Antes del turno del Mixto, Aizpurua y Esteban volvieron a tomar la palabra. El portavoz del PNV lo hizo con un gesto más serio y un tono más severo. «No merecería ni réplica», se arrancó. «Usted no tiene los votos. No ha llegado. Ha fracasado si el objetivo era llegar a la presidencia del Gobierno», espetó a Feijóo.
Los representantes del Mixto (Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y el Bloque Nacionalista Galego) se dividieron los 30 minutos del Grupo Mixto. Tras Santiago Abascal, las primeras palabras de apoyo de Feijóo llegaron desde el Mixto, en concreto por parte de la representante de CC, Cristina Valido, y el de UPN, Alberto Catalán.
Valido defendió el ‘Sí’ de su partido, pero al margen de bloques ideológicos. «Que nadie busque en nuestro voto cuestiones ideológicas», para recordar que CC apoyó en la anterior legislatura parte de la agenda legislativa de Gobierno como la Ley de Memoria Histórica, la Ley ‘trans’, la reforma laboral, la del aborto o la revalorización de las pensiones. Por su parte, Catalán esgrimió «lo mejor para los intereses de Navarra» como motivo para llegar a un acuerdo con el PP.
Las propuestas de Feijóo
El líder del PP y candidato a la investidura presentó ayer ante el hemiciclo sus planes de reforma del Código Penal como carta de presentación. Tras dedicar unos 20 minutos a exponer su visión de la situación actual y cargar contra la posibilidad de aprobar una ley de Amnistía, su primer anuncio fue la creación de un nuevo delito de deslealtad institucional, así como el incremento de las penas por malversación de fondos públicos.
Feijóo expuso una suerte de Pacto Institucional que incluye cortafuegos para salvaguardar la independencia de instituciones tales como la Fiscalía, el CIS o el CNI. Además, planteó una reforma del Senado, limitar el uso del decreto-ley, regular los plazos de enmiendas para evitar bloqueos de la Mesa y prohibir las enmiendas intrusas. Adelantó un plan de cinco años para incorporar 1.000 jueces y magistrados y la renovación del caducado CGPJ condicionada a la modificación del sistema de elección.
Como no podía ser de otra manera, trufó su discurso de diversas medidas de tinte económico, a destacar el diálogo social para subir el Salario Mínimo Interprofesional en sintonía con los agentes sociales hasta el 60% del salario medio y medidas para facilitar la conciliación, como la flexibilidad horaria y un banco de horas.
El líder del PP apuesta por una reforma fiscal más amable con las empresas, eliminando el impuesto al plástico y deslizando que hará lo propio con el impuesto a la banca. Mantendría, de forma temporal, la rebaja del IVA a los alimentos y rebajaría el IRPF a las rentas con ingresos inferiores a 40.000 euros.
Su medida estrella a nivel territorial es la elaboración de un nuevo modelo de financiación autonómica, así como un ambicioso Plan Nacional del Agua. En cuanto a la política educativa, apuesta se compromete a lograr la gratuidad de la escolarización de niños de cero a tres años; y en lo relativo a Sanidad, apuesta por inversiones para mejorar la Atención Primaria y la Salud Mental.