El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, trasladaba este jueves la imagen de un hombre satisfecho. Como si se hubiera quitado un importante peso de encima.
El ministro ha citado este viernes a los sindicatos CCOO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme para presentarles la segunda parte de su reforma de pensiones. Hasta llegar ahí, Escrivá ha tenido que hacer malabarismos en lo que coloquialmente su gabinete describe como «circo de cuatro pistas».
Por un lado, la Comisión Europea, a quien comprometió la reforma en el Plan de Recuperación. Por otro, su socio de coalición, Unidas Podemos, que avisó que no aceptaría un recorte en las pensiones. En otro, los socios parlamentarios.
Y los sindicatos, que le avisaron que, sin los votos atados en el Congreso, no entrarían a negociar. A la patronal no se le espera, ya que su oposición es frontal a una nueva subida de cotizaciones y tampoco siente que se haya contado con ella, al no haber visto un papel o una estimación económica de su propuesta.
Con la Comisión Europea, el ministro afirmó este jueves tener “prácticamente” un acuerdo. De ello depende el desembolso de los fondos europeos, para los que se comprometió esta reforma.
Díaz presenta a Unidas Podemos la reforma
La negociación con Unidas Podemos ha sido a través de la vicepresidenta de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Los últimos días han sido de reuniones a varias bandas, incluyendo a los ministerios del ala morada del Gobierno.
Díaz ha presentado la reforma este jueves al espacio confederal y, a falta de comprobar en qué queda finalmente la letra pequeña, la disposición es de dar el visto bueno. En Unidas Podemos no quieren dar detalles que puedan dar al traste con la negociación.
La vicepresidenta ya había planteado como línea roja su rechazo a la ampliación del período de años utilizados para calcular la pensión (actualmente fijados en 25 años) por suponer recortes en la prestación. La idea inicial era ampliar este período hasta los 30 años con la posibilidad de descontar los peores 24 meses (se ampliaría a 28 años).
La propuesta que Escrivá presentará a los agentes sociales contiene una fórmula que minimizaría cualquier posible perjuicio en la cuantía de la pensión y se centraría principalmente en el lado de los ingresos, tal y como reclaman sus socios y los sindicatos, y no por el lado del gasto. En el grupo confederal creen que, de confirmarse, los socios tendrían muy difícil rechazar la reforma.
El plan del ministro para aumentar los ingresos pasaban por un destope parcial de las cotizaciones y un recargo en los ingresos más elevados, una hoja de ruta compartida por Unidas Podemos, ERC, Bildu y también los sindicatos.
En todo caso, desde el Ministerio de Trabajo niegan que exista un acuerdo y aseguran que las negociaciones continúan.
Activa la negociación parlamentaria
Este mismo jueves, Escrivá ha activado la negociación con sus aliados parlamentarios. Con los contactos congelados desde hacía semanas, o incluso meses, el silencio en torno a esta reforma se interpretaba con una falta de acuerdo en la propia coalición de Gobierno.
El ministro se ha puesto en contacto personalmente con Esquerra Republicana para celebrar una reunión en el Congreso e informar de los avances junto con su secretario de Estado, Borja Suárez. La primera impresión del socio no ha podido ser mejor. Sin papeles, eso sí. A falta de tener la reforma negro sobre blanco, se inclinan por negociar y dar ‘luz verde’ a la reforma.
En ERC también entienden que la reforma planteada se centra en ingresos, y no tanto en los gastos. Plantean, por la conversación con el ministro, que el sistema elegido para la ampliación del cómputo de años se desarrolla en la convivencia de dos sistemas diferentes y un período de transición.
Desde esta formación, además, agradecen la disposición del ministro a recoger el guante para propuestas como el destope de cotizaciones, la cobertura de lagunas de cotización con especial atención a la brecha de género, o el estudio de las cuentas de la Seguridad Social para cuantificar los gastos asumido indebidamente por no ser gasto en pensiones o prestaciones sociales.
Con EH-Bildu el Ministerio ha intentado contactar para concertar una reunión pero todavía no han concretado fecha. En el PNV, al igual que en ERC o Bildu, todavía no tienen la reforma y esperan para dar una valoración.
Aprobar la reforma este mismo mes
Achicados los frentes para cerrar un acuerdo, el ministro quiere ahora aprobar la reforma cuanto antes. Escrivá ha planteado a sus interlocutores su intención de hacerlo este mismo mes, con vistas incluso a hacerlo en apenas dos semanas.
Su objetivo es tener atados los apoyos parlamentarios este mismo miércoles. Ese día se reúne la Comisión del Pacto de Toledo para elegir como presidenta a la exministra María Luisa Carcedo. A partir de ahí, convocar una sesión de Comisión para la comparecencia del ministro.
Todo ello con vistas a aprobar la reforma en decreto ley en el Consejo de Ministros del próximo 21 de marzo. En apenas dos semanas.
Pero para llegar ahí, las negociaciones no pueden descarrilar. Escrivá asume que la patronal no se sumará, pero espera contar con los sindicatos, que le habían pedido centrarse en los ingresos y, sobre todo, tener atados los apoyos parlamentarios para no evitar apuros como con la reforma laboral. Después de meses de espera, el ministro tiene casi atadas sus peticiones.